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lunes, 21 de marzo de 2016

Mariquita Sánchez de Thompson. - parte 7

¡Buen día seguidores!
¿Qué notable no? El romance de Mariquita Sánchez – Thompson fue la inspiración del escritor Leandro Fernández de Moratín en su famosa obra teatral "El sí de las niñas"  que estrenaba el 24 de enero de 1806, en Madrid, España. Quedaba representado, las idas y venidas, pero finalmente triunfaba del amor.

Y por otro lado, con Mendeville fue muy desdichada. Por esos tiempos Mariquita decía: "¡Para maridos perversos, no me gana nadie!". "¿Matrimonio indisoluble?  No creo que sea cosa de Dios mantener a las personas en el tormento indefinido".

Mariquita reveló, en carta a Juan Bautista Alberdi, las miserias de su vida con Mendeville


Pero voy a dejar de lado por ahora, su faceta amorosa, para profundizar en un tema, que particularmente me interesa mucho, ya que soy educadora…

"Para civilizar a un país se necesita educar a las mujeres, ya que los hombres andan con las armas en la mano, matándose unos a otros". Mariquita Sánchez

Siempre defendió  y sostuvo ideas firmes  para la educación de la mujer. En una carta que le escribió a Mendeville, entre otras cosas, decía:

 “La Ignorancia era perfectamente sostenida. No había maestros para nada, no había libros sino de devoción e insignificantes, había una comisión del Santo Oficio para revisar todos los libros que venían, a pesar que venían de España [...]. Para las mujeres había varias escuelas que ni el nombre de tales les daría ahora. La más formal, donde iba todo lo más notable [...] la dirigía doña Francisca López, concurrían varones y mujeres. Niñas desde cinco años y niños varones hasta quince, separados en dos salas, cada uno llevaba de su casa una silla de paja muy ordinaria hecha en el país de sauce; éste era todo el amueblamiento, el tintero, un pocillo, una mesa muy tosca donde escribían los varones primero y después las niñas. Debo admitir que no todos los padres querían que supieran escribir las niñas porque no escribieran a los hombres [...]. No puedes imaginarte la vigilancia de los padres para impedir el trato con los caballeros, y en suma en todas las clases de la sociedad había vanidad en las madres de familia en este punto”.

Mariquita soñaba con una educación digna para todas las mujeres.
Ella se preocupó por su propia educación, y así llegó a tener varios cargos. Fue vocal y presidente de  la sociedad de beneficencia, directora de un asilo de huérfanas y un liceo de señoritas. Que obviamente, por su carácter fuerte e imponente, le traería discrepancias con las autoridades de la época. Esto dará letra para capítulo aparte, porque así lo merece….



La mujer debía educarse tanto con el hombre… ¿Por qué no?


4 comentarios:

  1. Loable lucha la de Mariquita; en esa época no estaba bien visto que la mujer estuviese a la altura del hombre...pero evidentemente tuvo ovarios como para imponerse!

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  2. Me encanta este tipo de mujeres que rompen esquemas y establecen nuevos paradigmas!Son las hacedoras de nuevos caminos...

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  3. Lástima que no aparecen muy a menudo....

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