¡Buen día seguidores!
Vicente Fidel López nos describe cómo era su casa: “Con
cinco peldaños de mármol a la entrada y tres ventanas de rejas, estaba adornada
con muebles de caoba, arañas de plata, cortinas de brocado amarillo,
porcelanas, relojes mecánicos, un clavicordio, un arpa, un laúd, sahumerios y
espejos venecianos; en el patio, azahares, un precioso aljibe y numerosos
esclavos que servían el chocolate”.
Mariquita con alguno de sus hijos
He aquí algunas
cartas familiares de Mariquita.
En una
carta que escribe a su hija Florencia, ratifica su imperiosa necesidad que las
mujeres tengan un papel mucho más importante en la sociedad:
“Si yo no escuchara sino mi corazón y mi gusto, mira lo que haría:
nos uniríamos en la casa grande tú y las Larrea, viviríamos como pudiéramos y
nos consolaríamos todas juntas. Los árboles de tu casa, comisionaría a M.
Picolet de componerme con ellos la huerta. Haríamos un buen gallinero y todo lo
arreglaríamos muy bien (...) ¡Si esto pudiera hacerse! Catalina sería la que
correría con todo, le daríamos a ella la plata, ¡qué consuelo para todas!”.
Y
deja entrever constantemente el esfuerzo que escribir le provocaba:
"Escribo
tanto, hija, con tanta frecuencia, a todos, que me duelen las espaldas. No hay
casi día que no escriba"
Ella
mantuvo correspondencia especialmente con Juan y Florencia, dos de sus hijos,
pero con diferentes propósitos. Con Juan actuaba como corresponsal de noticias,
ya que ella no podía tomar el rol de publicarlas. Las cartas eran de carácter
político, principalmente y con un lenguaje cuidado y determinante. En cambio,
con Florencia, las cartas tenían una línea familiar, sin formalidades,
expresaba lo que sentía.
Mariquita
Sánchez, o “Marica”, como usualmente la llamaban los amigos íntimos, o “Mamita
Mendeville”, como la apodaban sus nietos,
fue protagonista de la política argentina. Gracias a sus cartas, diario
personal, y escritos, podemos revivir
hechos históricos. Hoy sería una
periodista reconocida, o una historiadora relevante o una escritora famosa,
pero una más.
Allá
por el mil ochocientos, fue “Mariquita”…
Falleció
el 23 de octubre de
1868, con casi 82 años. Vivió sus últimos años en la quinta de San Isidro, la
que hoy lleva el nombre de Quinta Los Ombúes, y tuve el gusto de visitar el año
pasado.
Sus
restos descansan en el cementerio de la Recoleta,
y un epitafio en el monumento dice:
"Amó
la Caridad- María Sánchez de Mendeville- Requiescat in pacem".
Me encantó hablar sobre
Mariquita. Creo que como argentinos, descuidamos un poco la memoria de todas
estas personas, que no se corrompieron nunca, y soñaban con un mundo mejor….