Hoy 25 de octubre, nos encontramos nuevamente,
luego de una pausa de varios meses.
Así como el año pasado, recibí un regalo
alusivo a Frida, pero éste venía con una consigna: debía retomar el blog. Me
encantó el obsequio y el mensaje ya que proviene de una seguidora fiel y con
buenas intenciones. ¡Aquí estoy Toly! Gracias por tu empuje.
La mayoría de las veces estamos recordando
frases pertenecientes a Frida, acusaciones abiertas hacia un hombre que amó
profundamente y dicho amor no fue correspondido de la manera que ella hubiera
querido.
No es mi intención justificarlo, pero creo que
nunca le mintió a Frida; su esencia estuvo clara desde el primer momento,
cuando se besaban apasionadamente debajo del andamio armado en el edificio de
Educación, no ocultaba su desfachatez y arrebato. La inteligencia y sagacidad
de Frida era un factor indispensable de seducción. Diego habría dicho en varias
oportunidades que lo irritaban sólo dos cosas: la pérdida de tiempo en el
trabajo y la estupidez. Frida aseguró que: “En muchas ocasiones había dicho que
preferiría tener muchos enemigos inteligentes que amigos tontos”.
Frida no era ni estúpida, ni tonta, por lo
tanto, encajaba perfectamente dentro de sus pretensiones.
Se hicieron mucho daño, pero paradójicamente la
pasaban muy bien juntos…
Diego acusaba a Frida de ser demasiado realista y no volar más con los sueños y la imaginación, mientras que Frida se quejaba de su falta de sentimentalismo. El romanticismo no era un sentimiento que Diego practicara.
Hombre duro, partícipe activo del partido
comunista, delegado de la Liga Mexicana de campesinos, secretario general de la
Liga Antiimperialista y editor de El Libertador.
Ella lo acompañó fervientemente en la política,
motivo por el cual la aparición del amor por Frida era cuestión de tiempo…
Carta a Diego Rivera – 23 de julio de 1935.
[…] cierta carta que vi
de casualidad en cierto saco de cierto señor, y que procedía de cierta damisela
de la lejana y pinche Alemania, y que me imagino que debe ser la dama que Willi
Valentiner tuvo a bien mandar aquí a vacilar con intenciones científicas, artísticas y arqueológicas
me dio mucho coraje y a decir verdad celos… […]
Creo que lo que pasa es que
soy un poco bruta y un tanto cuanto zorrilla, pues todas estas cosas han pasado y se han repetido
durante siete años que vivimos juntos y todas las rabias que he hecho no me han
llevado sino a comprender mejor que te
quiero más que a mi propia piel, y que aunque tú no me quieres de igual manera,
de todos modos algo me quieres, no? O si no es cierto, siempre me quedará la
esperanza de que sea así, y con eso me conformo…
Quiereme tantito. Te adoro
Frida
Frida no fue víctima, Frida fue cómplice de su amor.
(Material extraído: FRIDA. Una biografía de Frida Kahlo – Hayden
Herrera
Frida Kahlo – Gerry Souter )