¡Buen día seguidores!
Uno suele guardar en
su memoria fechas que luego, no tienen
ninguna relevancia en tu vida. Algunas, tal vez porque las asocia con
hechos personales - como por ejemplo, la batalla de Maipú, acontecida el 5 de
abril de 1818, nunca olvidaré ese dato ya que ese es el día de mi cumpleaños.
Pero otras, permanecen porque sí. Una de esas que nunca olvidé, no sé porqué, es
el día del nacimiento del Gral. José de San Martín: 25 de febrero de 1778.
Y un 25 de febrero de
2016 creaba el blog. ¡Sí, cumple su primer año!. Se sumaron a la lista de
seguidores 37 países, 5400 visitas y un placer enorme que esto haya resultado
así.
Hoy tengo que
lucirme por la fecha, por la exigencia de mis seguidores que esperan cada vez
más, no quisiera que malinterpreten el vocablo empleado, pero no los
defraudaré….espero.
La historia de Frida la
escribieron muchos. Los datos se ratifican continuamente, algunos no coinciden entre sí,
pero en general representan su historia. Es cierto, que a veces, nos quedamos
con frases armadas, y están bastante alejadas de la realidad.
Uno
visita la Casa Azul, y al llegar a los jardines, foto imperdible, ésta, junto a
la descripción:
“Frida y Diego vivieron en esta casa 1929-1954”.
Los
que leimos y nos sumergimos en su vida, sabemos que este período fue muchas
veces interrumpido.
Frida
se casa con Diego en 1929 y permanecen en la casa hasta 1932, fecha que emprenden
viaje rumbo a Estados Unidos. Hasta fines de 1933 residen allí, y cuando
regresan a México, se instalan en el barrio San Ángel, en la esquina de las
Palmas y Altavista, en las casas gemelas que Diego mandó a construir. Eran un par de
cubos al mejor estilo de la Bauhaus.
El que
vemos en la siguiente fotografía era el perteneciente a Diego, actualmente es
un museo donde exhiben obras de ambos. El otro, de color azul y más pequeño,
pertenecía a Frida pero lamentablemente fue demolido.
De
esta manera mantenían independencia cuando así lo requerían. Frida quería
volver a su México, Diego extrañaba su vida en Nueva York:
Por
esas épocas, Frida le escribe a una amiga:
[…]
él cree que yo tengo la culpa de todo lo que le pasa por haberlo hecho venir a
México[…] que esto es la causa que esté como está…
Mantienen
una vida juntos pero separados. Cada uno hace de las suyas. Mientras Diego se
entretiene con cuanta mujer se le cruza, Frida no perdía su tiempo entre
amoríos como damas y caballeros. Se hacían daño, ambos eran conscientes pero no
podían manejarlo.
En
1934, Diego empieza a pintar a su hermana Cristina, y pasa lo inevitable:
mantienen un romance que destroza anímicamente a Frida. A pesar que son
descubiertos, dicha relación perduró un tiempo. Esto sí que para Frida fue
un dolor insoportable. Eran las dos personas que más admiraba, juntas, la habían
engañado.
En
1935, a pesar que su salud estaba bastante deteriorada, decide emprender un viaje a Nueva York con sus amigas Anita
Brenner y Mary Schiapiro. Destila veneno, está furiosa. Es recibida por sus
antiguos conocidas Lucienne Bloch y Bertram y Ella Wolfe, quienes convencen a
Frida que seguía enamorada de Diego.
Frida
entonces, escribe la siguiente carta:
"Por
qué seré tan mula y rejega de no entender que las cartas, los líos con enaguas,
las profesoras de…inglés, las modelos gitanas, las ayudantes de “buena
voluntad”, las discípulas interesadas en el “arte de pintar” y las enviadas
plenipotenciarias de lejanos lugares, significan únicamente vaciladas y que en
el fondo tú y yo nos queremos harto, y así pasemos aventuras sinnúmero,
cuartea-duras de puertas, mentadas de madre y reclamaciones internacionales,
siempre nos querremos”.
Sin
embargo, Frida siguió con sus andanzas. Los romances femeninos de Frida no le
molestaban a Diego, mientras que los masculinos sí, no le hacían ninguna
gracia. Tuvo relaciones con el muralista mexicano Ignacio Aguirre y el escultor
Isamu Nogushi. Éste último se enamoró perdidamente de Frida. Diego había dicho
en alguna oportunidad que si la encontraba con algún hombre éste moriría de un
balazo.
Un
día , en la Casa Azul, Diego entra cuando Frida e Isamu están juntos en el
dormitorio. Isamu escucha ruidos y rápidamente escapa, pero olvida una media en
medio de la habitación. Tiempo despúes, estando Frida internada, Isamu la visita en
el hospital, y Diego, sin miramientos, apoya su Colt sobre la cama e indica: “una
bala de esta arma tiene tu nombre”. Isamu desapareció al instante y no se supo
más nada de él.
En
1939 Frida decide divorciarse. Sin embargo, al año volvieron a casarse y
vivieron juntos por etapas.
Ya
ven, las fechas pueden resultar un poquito mentirosas, pero no permiten que se
pierda la esencia de su vida, de su alma , de su historia.
Voy
a usar una palabra que mi nieta Maia repite usualmente: me encanta descubrir cada día algo más sobre Frida, y me encanta contarlo…