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viernes, 25 de mayo de 2018

Año productivo : 1938


¡Buen día seguidores!

Hoy 25 de mayo, abordaremos una época productiva de Frida. Cuando André Breton, padre del surrealismo, descubrió su obra, le propuso exhibirla en Nueva York. Era tal su entusiasmo, que adjuntó un ensayo al folleto de la exposición, que entre otras cosas decía:

     "Este acontecimiento artístico contiene esa pizca de crueldad y humor excepcionalmente capaces de mezclar los raros y eficaces poderes que se amalgaman para formar la poción mágica que constituye el secreto de México" …  

En 1938 Frida pintó por ejemplo Lo que el agua me dio,  y Cuatro habitantes de México.
(Pueden consultar los detalles en las entradas del blog del 20-02-16 y 11-12-17 respectivamente).

"Perro Itzcuintli conmigo" es un autorretrato con una de sus mascotas, este perro tan particular de México, caro y especial, tema recurrente en las pinturas de Frida: ella mostrando su tristeza, su soledad, posando junto a algunos de sus compañeros de vida, mono, perico, perro…



También, por ese tiempo, creó Niña con la máscara de la muerte – 1938.

































Una niña del tamaño de una mano (aunque parezca mucho más grande, es un óleo sobre metal de 14,9 x 11 cm), una máscara de calavera apoyada sobre su rostro, que es común lucirla en la celebración del día de los Muertos y otra máscara espantosa, tirada a sus pies, usada para los rituales precolombinos.
Dicen que es Frida a sus cuatro años, festejando el día de los Muertos, día tan particular para los mexicanos donde celebran y evocan a los mismos. Sostiene una flor amarilla, tradicional en las tumbas en ese día.

Hay dos curiosidades sobre esta pintura que quisiera destacar. por un lado, que posee más de un nombre, característica que vimos ya en varios cuadros de Frida. En este caso, cuando se expuso tanto en Nueva York como en París, se conoció como Ella juega sola.

Y la otra particularidad, se rumorea que hizo dos versiones de este cuadro. El primero, el cual actualmente pertenece a la colección del Museo de Arte de Nagoya, Japón, y el otro, más sencillo, que ha desaparecido.

Como ven, la obra de Frida nos sigue sorprendiendo…