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miércoles, 25 de octubre de 2017


Hoy 25 de octubre, nos encontramos nuevamente, luego de una pausa de varios meses.

Así como el año pasado, recibí un regalo alusivo a Frida, pero éste venía con una consigna: debía retomar el blog. Me encantó el obsequio y el mensaje ya que proviene de una seguidora fiel y con buenas intenciones. ¡Aquí estoy Toly! Gracias por tu empuje.




La mayoría de las veces estamos recordando frases pertenecientes a Frida, acusaciones abiertas hacia un hombre que amó profundamente y dicho amor no fue correspondido de la manera que ella hubiera querido.

No es mi intención justificarlo, pero creo que nunca le mintió a Frida; su esencia estuvo clara desde el primer momento, cuando se besaban apasionadamente debajo del andamio armado en el edificio de Educación, no ocultaba su desfachatez y arrebato. La inteligencia y sagacidad de Frida era un factor indispensable de seducción. Diego habría dicho en varias oportunidades que lo irritaban sólo dos cosas: la pérdida de tiempo en el trabajo y la estupidez. Frida aseguró que: “En muchas ocasiones había dicho que preferiría tener muchos enemigos inteligentes que amigos tontos”.

Frida no era ni estúpida, ni tonta, por lo tanto, encajaba perfectamente dentro de sus pretensiones.

Se hicieron mucho daño, pero paradójicamente la pasaban muy bien juntos… 

Diego acusaba a Frida de ser demasiado realista y no volar más con los sueños y la imaginación, mientras que Frida se quejaba de su falta de sentimentalismo. El romanticismo no era un sentimiento que Diego practicara.

Hombre duro, partícipe activo del partido comunista, delegado de la Liga Mexicana de campesinos, secretario general de la Liga Antiimperialista y editor de El Libertador.
Ella lo acompañó fervientemente en la política, motivo por el cual la aparición del amor por Frida era cuestión de tiempo…

Carta a Diego Rivera – 23 de julio de 1935.

[…]   cierta carta que vi de casualidad en cierto saco de cierto señor, y que procedía de cierta damisela de la lejana y pinche Alemania, y que me imagino que debe ser la dama que Willi Valentiner tuvo a bien mandar aquí a vacilar con intenciones científicas, artísticas y arqueológicas me dio mucho coraje y a decir verdad celos… […]
Creo que lo que pasa es que soy un poco bruta y un tanto cuanto zorrilla, pues todas  estas cosas han pasado y se han repetido durante siete años que vivimos juntos y todas las rabias que he hecho no me han llevado sino a comprender mejor que  te quiero más que a mi propia piel, y que aunque tú no me quieres de igual manera, de todos modos algo me quieres, no? O si no es cierto, siempre me quedará la esperanza de que sea así, y con eso me conformo…

Quiereme tantito. Te adoro
Frida


           Frida no fue víctima, Frida fue cómplice de su amor.


(Material extraído: FRIDA. Una biografía de Frida Kahlo – Hayden Herrera
                              Frida Kahlo – Gerry Souter )